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Rock and roll solitario

Iñigo Coppel + Daniel Merino en Fotomatón (05.11.10)

El pasado viernes 5 de noviembre, Iñigo Coppel regresaba a Madrid para presentar oficialmente su nuevo disco, El hombre que mató a Iñigo Coppel. El músico de Getxo se presentaba en esta ocasión acompañado de un viejo amigo y compatriota, Daniel Merino, que fue el encargado de estrenar la noche en la pequeña pero acogedora sala Fotomatón. Pasadas las diez, Merino arrancaba con la única ayuda de su guitarra un concierto de no más de media hora en el que le dio tiempo a repasar sus dos discos, Aventuras en la gran ciudad y el reciente Malos Tragos, destacando canciones como Písale a fondo o Tu padre quiere que me olvide de ti

Poco después era ya el turno de Iñigo Coppel, que también afrontaba en solitario la noche. Valiente, comenzaba con una de las canciones más íntimas de su nuevo álbum, Esto es lo que parece. Sin embargo, la apuesta salió redonda, logrando momentos sobrecogedores con todo el público en silencio escuchando cada tímida nota de esta canción. Y a continuación nos ofrecía todo lo contrario. Como viene quedando bastante claro, Coppel tiene dos caras, e incluso tres, y despues de tan melancólico tema ponía todo patas arriba con Madrid para cuerdos y bienhechores, el alucinante tema que abre su nuevo disco y que es un potente y logrado rock a la vez que una convincente declaración de intenciones. “¡Extra! ¡extra! / Entérate, Madrid / he venido a quedarme y no me pienso ir”. 

Sin tregua, Coppel decidió no reservarse y atacó con Nostradamus no me jodas, un divertido pero también enérgico tema del disco que nos venía a presentar esa noche. Llegaba entonces el momento de cambiar de tercio y rescatar canciones de su primer trabajo en solitario, comenzando con la sentida Nada y continuando con una sorprendente versión pseudo country de su propia canción Mi pacto con Satán, originalmente con forma de rumba. Llegaba también el momento de las versiones ajenas, donde Coppel homenajeaba a grandes bandas del rock en castellano eligiendo temas como Chicas Fuertes de Tahúres Zurdos o Balada para una viuda de Burning

Tras todo esto, el concierto volvía a centrarse en los temas de El hombre que mató a Iñigo Coppel con el Blues hablado sobre el mayor fan de Bob Dylan del mundo, esperado e ineludible momento en sus conciertos. Un retrato lleno de ironía sobre las locuras que se llegan a hacer por los grandes ídolos de la música. Una canción que, por otro lado, pide a gritos ser escuchada en directo, donde gana espontaneidad. Aparecía después la tercera cara de Iñigo Coppel con un tema bluesero como es Mi perdición, donde nos recuerda los peligros del sexo contrario. 

Se acercaba el fin del concierto, no sin antes volver a recordar canciones de su primer disco como Lidia (no te cases con él), Perdiendo el norte o El tiempo lo cura todo, demostrando que, a pesar de tener nada más que dos discos en el mercado, su repertorio comienza a ser no sólo variado, sino verdaderamente bueno. Para ponerle una guinda a la noche invitaba a Daniel Merino al escenario. En un mano a mano, tocaron un tema de cada uno, Con sangre y A mi aire, para rematar la función con una nueva versión, nada menos que el Caballo de cartón de Joaquín Sabina. El concierto terminaba y nos fuimos a casa conscientes de haber vivido otra gran noche de rock en castellano a cargo de un artista que, si de aquí en adelante el mundo fuera justo, debería llegar a mucha más gente.

Texto y fotografía de Bruno Corrales
Publicado originalmente en Xtra Rockola.fm

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