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Rubia: "Soy optimista, soy así de inconsciente"

Estamos frente al Jazzville Café, un cómodo refugio del buen gusto cercano a Conde de Casal. El bar hace las veces de punto encuentro con Sara Iñiguez, rockera bilbaína que hace ya casi una década se ponía al frente de Rubia, su proyecto más personal. Tras debutar en el año 2004 con un disco producido por el argentino Alejo Stivel, Rubia regresa ahora con un disco mucho más maduro y atrevido. 2036 es el resultado de años de trabajo y numerosos cambios a todos los niveles. Sobre él charlamos con su autora. Una buena oportunidad por lo tanto para conocer las sensaciones que dejaba tanto la grabación como el posterior trabajo para sacar el disco adelante. Hablamos también de sus otros proyectos e incluso de la vida en sí misma. Sara Iñiguez demuestra ser una artista capaz de ver más allá de lo establecido, convirtiéndose en todo un placer el poder conocer de primera mano los detalles acerca de un disco con grandes momentos como Es por tu bien, No me quiero despertar o Flores y gallinas. Esto es lo que nos contó.


Comenzando por el principio del principio. ¿Recuerdas cuáles fueron las bandas que despertaron en ti primero la pasión por la música y después la necesidad de crear tus propias canciones?
Bueno, desde que soy muy pequeña me gusta mucho escuchar música. De mi padre heredé algún disco de Simon & Garfunkel o de The Mamas & the Papas. Música de California. Bueno, Simon & Garfunkel son de Nueva York, pero era un poco toda esa onda hippie de los '60. A partir de ahí empecé a tirar del hilo con mi hermana y empezamos a comprar todos los discos que tenían portada sixties. Con una de las bandas con las que he empezado y con los que todavía sigo a tope son The Byrds. Con 20 años ya tenía un monton de discos de los Byrds. Esas son las bandas que me hicieron querer tocar. Todas las bandas como de finales de los '60, un poco más hippies, que hablaban de la libertad. Todo eso es lo que yo quería hacer, rock and roll clásico.

Desde muy joven ya formaste parte de varias bandas.
Bueno, no tan joven. Yo cuando empecé a cantar a un nivel ya un poco en serio tenía 23. Sí era joven, pero no como gente que tiene 15 o 16 y empieza. Yo me di cuenta relativamente tarde, pero una vez que empecé ya no pude parar. Me di cuenta de que eso era lo mío y de que había que tirar por ahí.

Tu paso a Madrid no fue tanto con el primer disco de Rubia como con este segundo.
El paso a Madrid, más o menos por el 2007, supone que todo lo que hagas tenga más repercusión. De repente te encuentras con mucha más gente. Hay muchos más medios de comunicación, más gente interesada en los conciertos y en qué es lo que estás haciendo. Aunque no puedo no me puedo quejar porque en Bilbao siempre me han tratado super bien los medios. Siempre me han hecho mucho caso,  pero Madrid es que es otra dimensión. Hay muchas más cosas pasando y mucha más gente. De hecho, mucha de la gente que se dedica a la música, tanto por el lado de los periodistas como por el de los músicos, son de fuera. Se han venido aquí a Madrid.

En 2004 aparece el primer disco de Rubia, producido por Alejo Stivel. En cambio, en 2036 has decidido encargarte tú misma de cada detalle. ¿Ha sido un cambio positivo? ¿estás contenta con la experiencia?
Estoy muy contenta porque es un poco lo que yo quería hacer. Y no sé si el siguiente lo haré yo también, pero ya me he quitado la espinita. Quizá con el siguiente delego más en el sonido, pero con este era una necesidad que tenía de decir "ahora voy a decidir yo lo que yo quiera". Necesitaba llevar la batuta. Y no sabía si lo iba a poder hacer, pero al final lo he logrado.

De aquel primer disco a este segundo han pasado casi siete años. En el punto en el que te encuentras ahora mismo, ¿crees que el siguiente tardará un tiempo similar o ya será otra cosa?
Yo creo que ya es otra cosa. El primero fue una etapa de mi vida. Lo del medio sin disco fue una transición, un cambio muy gordo y profundo a nivel personal en cuanto a qué pienso, qué quiero hacer, quién soy yo... Y ahora que he llegado a un punto de estabilidad a nivel musical y personal creo que va a ir más del tirón. De hecho, mucho del siguiente disco lo tengo ya apuntado. Estoy contenta por eso, no pasará ni año y medio. Supongo que antes saldrá otro.

En 2036 encontramos algunas canciones más viejas que otras, que ya llevan un tiempo contigo. Hay bandas que, al grabar por ejemplo nuevos discos durante giras concretas, suelen decir que esos trabajos reflejan un momento exacto de sus vidas. En tu caso, ¿le das un sentido conjunto al resultado?
Cuando empecé con el disco había mucha disparidad de canciones. Grabé de hecho bastantes más de las que hay. Lo que hice cuando terminé es quitar las que no se ajustaban a este último momento mío. Entonces, sí que puedo decir que este disco engloba un momento muy preciso, que es el momento de ahora. He dejado todas las de la última hornada. Hay una, Flores y gallinas, que es más antigua, pero la adapté un poco al sonido. Y tampoco te creas que cambio tanto, yo soy muy de piñón fijo. A mí lo que me gusta, me gusta, y probablemente... Bueno, ya me lo diréis vosotros, los críticos, pero el siguiente disco que estoy haciendo está bastante en la línea de 2036. No hay un cambio radical, soy bastante sota, caballo y rey. Bastante típica (risas). Dentro de Rubia es bastante típico lo que hago.

En tu disco encontramos canciones como No me quiero despertar o Es por tu bien, que optimistas y rompedoras al mismo tiempo. Hablan de no conformarse ante lo que se supone que debemos hacer con nuestras vidas. ¿Esta filosofía crees que puede llegar a aplicarse viviendo en una ciudad como Madrid?
Claro. No importa dónde vivas, aquí lo que importa es dar un cambio a nivel interno. Es un poco lo que hice yo cuando pasé todo este tiempo sin sacar un disco. ¿Quién voy a ser? ¿qué voy a hacer? ¿voy a hacer lo que me digan? ¿me voy a comer las cosas que me dan con cuchara? ¿voy a obedecer o voy a ser yo misma? Voy a pensar por mí misma, a investigar qué es lo que me creo y lo que no. Qué es lo que yo opino, no lo que me dicen que tengo que opinar. No es una cuestión de ciudad grande o pequeña, es una cuestión de levantarse. Hace poco vi una conferencia de un pavo que me encanta, que se llama Alex Collier, que habla de todo esto: Nos están engañando, nos están esclavizando, tenemos que levantarnos... Había uno que, después de hora y media, dijo: “bueno, pero... ¿Qué podemos hacer cada uno?”. Y le preguntó: “¿te puedes poner a cuatro patas”. El tío se puso a cuatro patas, con el micrófono en la mano. "¿Estás cómodo así?". “No”, le contestó. "Pues levántate". Levántante, no tengas miedo a expresar tus opiniones, no bajes tu inteligencia para adaptarte a los demás, no bajes tu luz para adaptarte a gente que quizá no te entienda. Tú exprésate. Si no te creen, no te entienden o te dicen que eres un loco... Bueno, da igual, pero tú tienes que ser tú. Y eso es lo que dice Es por tu bien. Haz lo que tú quieras y lo que te salga mejor a ti. No hagas lo que los demás esperan que hagas. Usa tu propio estilo y cree siempre en el amor. Además, es eso, cree siempre en el amor. No te preocupes porque la gente diga: “¡Estamos en crisis! ¡Estamos fatal!”

Parece que hay que ser pesimista por obligación...
Parece que hay que ser pesimista por obligación porque si no eres un insustancial o eres un incosciente. No, yo soy optimista, soy así de inconsciente. Soy tan inconsciente que soy feliz. Y eso es lo que yo quiero.

En tus conciertos, es fácil ver entre el público a muchos otros músicos, muchos de ellos clave para el rock español. ¿Te sientes apreciada y querida por tus compañeros de profesión?
Sí, me siento super apreciada y super querida por mis compañeros. Totalmente. De hecho, nos apoyamos mucho unos a otros. Ahora por ejemplo acabo de grabar coros en el disco de Leiva, y también me ha llamado Rubén (Pozo) para grabar coros en su disco. Yo voy a todo. Josu (García), por ejemplo, está siempre para todo, y los Pereza también. No sé, es gente que te apoya incondicionalmente en lo que hagas. Y eso nos da fuerza a todos.

En adelante tienes varias fechas a caballo entre Madrid y Vizcaya. ¿Existe la intención de ampliar y girar por todo el país?
Sí, se trata de eso. Aunque al no haber una campaña de millones de euros a nivel nacional o internacional... Gracias a vosotros, a la gente que está oyéndolo y que le gusta, está creciendo muchísimo la promo. Es decir, ahora estamos haciendo casi más promo que cuando salió el disco. Y eso es porque la gente lo va escuchando, lo va apreciando y nos van llamando. Ya tenemos propuestas de diferentes sitios. Poco a poco, hay que cerrarlas, pero sí, estamos ampliando fronteras. Se trata de eso, de que nos puedan ver en todas las provincias y de poder hacer una gira chula. Quizás si no es ahora, en unos meses, pero sí.

Una vez grabado 2036, fue clave la campaña de micromecenazgo en Verkami, que te daba la posibilidad de editarlo y distribuirlo en condiciones.
Eso, además de darnos dinero para editar el disco, nos dio un empuje increíble porque fue muy divertido. Nos dimos cuenta de que la gente sí quería Rubia. Después de seis años yo me aterroricé un poco porque pensaba que nadie se iba a acordar... Y de repente veías que iba la gente poniendo dinero y te emocionabas. Es que es emocionante lo de Verkami, de verdad, y te da una inyección de alegría que te da mucha fuerza para poder presentar el disco y hacer cosas bonitas. La verdad es que todo el mundo debería probarlo, sobre todo la gente que tiene un proyecto en el que cree y no tiene dinero. Forma parte de una nueva manera de pensar que hace que la gente ponga dinero en lo que le interesa, buscando por su cuenta. Y no comerse con cuchara la cultura que le dan, que durante muchos años ha sido nula. Parece que nos quejamos de que la gente no compra discos, pero es que hay que hacer discos que la gente quiera comprar.

¿Crees que puede ser una solución a largo plazo?
Sí, ¿por qué no? Totalmente. Si tú eres fan de una banda y cada vez que sacan un disco te lo ofrecen con anticipación y luego encima te dan algo especial, diferente, una edición especial en vinilo de color o unas camisetas que no tenga nadie más... Si tú eres fan, ¿qué más quieres? Que encima te lo envían a casa. Metes veinte euros desde tu casa y en dos semanas tienes el disco y una camiseta en casa. De otra manera tienes que saber en qué tienda está, sacar el coche, coger el metro, buscar el disco... Que luego igual te sale más caro. En Verkami salía más barato comprarlo con antelación que después. Hay ventajas. No es pedir limosnas, es vender lo que la gente quiere comprar.

¿Es quizá prueba de la desconfianza existente de los músicos ante los intermediarios?
No es la desconfianza, es que las discográficas no están fichando bandas nuevas. Están fichando bandas que ya se parecen a algo. No hay riesgo por ningún lado, no hay salto al vacío, no hay arte. Te fichan si te pareces a alguien o si piensan que puedes vender a través de la televisión. Es un sistema cultural que está cayendo, y agarrarse a algo que se está cayendo... ¿no será mejor agarrarse a algo que está naciendo?

Otra de tus facetas es la de escritora. Publicaste Recetas del rock and roll, un curioso libro en el que varios músicos del panorama nacional ofrecen distintas recetas de cocina. Creo que estás preparando una continuación, ¿en qué punto está?
Es más o menos lo mismo pero con cuarenta nuevos artistas. Puedo adelantarte algunos: está Amparanoia, Anni B Sweet, Barricada...

¿Era bien recibida por los músicos la propuesta? ¿Ha habido alguno que no se haya visto capaz?
Más las chicas: “no sé cocinar, no tal...”. Pero en general todo muy bien. Todo el mundo dice que sí.

Hot Legs en Caracol (enero del 2012)
Formas parte también de varias bandas de versiones, como es el caso de Hot Legs, formada por músicos tan famoso como Rubén y Leiva de Pereza o Carlos Tarque de M Clan. Para vosotros supongo que no es más que una forma de divertiros y homenajear a vuestros ídolos pero, ¿el público hasta ahora lo ha entendido del mismo modo?
Sí, lo que pasa es que, bueno, la gente ya sabes cómo funciona... Si ve a alguien por la tele va ahí, les da igual lo que haga. Eso es lo que hay que cambiar un poco, ¿no? Hay que tener un poco de personalidad. Ya vale de que la caja tonta te diga lo que es el mundo. El mundo lo tienes que ver tú con tus ojos. Evidentemente, claro, como hay gente famosa la gente se acerca a verlos pero hay mucha gente que adora la música y que precisamente va a ver a Hot Legs no porque sean famosos, sino porque son famosos por algo. Lo son porque son los mejores músicos de este país, ¿no? Uno se hace grande por muchas cosas, pero precisamente todos los que están ahí son grandes por su bien hacer, porque son buenos. Yo estoy ahí porque quiero tocar con músicos buenos y quiero tocar con gente que son mis amigos. También tengo grupos con bandas menos reconocidas y toco igual, con la misma ilusión. El sentido es el mismo. Hay veces que tocarás delante de mil personas y veces delante de treinta, pero está todo bien. La vida es así, un día estás firmando autógrafos y al otro estás limpiando la taza del váter. Las cosas empiezan y luego acaban. Y con Rubia precisamente me da que es el momento de despegar un poco. Pero no me aferraré a eso, intentaré siempre estar fresca y despierta. Aunque de repente tengas mucho éxito, hay que continuar pensando como si no lo tuvieras. Hay que pensar como si hicieras siempre un disco para tus amigos y para ti, no para el gran público, la televisión o para una compañía.

¿Te imaginas cómo te gustaría que fuera tu carrera en adelante? Algo con lo que pienses que estarías cómoda.
Mira, yo estaría cómoda pudiendo sacar disco cada año y medio o dos años y tener flow, soltura. Me encantaría tener siempre la inspiración que me hace hacer las canciones que me gustan y tener una compañía -o tu propia compañía- que te de un respaldo de dinero para poder hacer el vídeo bonito que tú quieres o para poder hacer el disco con un productor que te haga ilusión. Tampoco para tirar al casa por la ventana. Realmente... lo hablaba ayer con mi manager, Victoria. Decíamos: “cuando tengamos dinero, o mucho dinero, tiene que servir para pagar más a la gente, no para acumularlo. Porque cuando empiezas a acumular dinero te pones rígido, empiezas a necesitarlo. Y cuando empiezas a necesitar el dinero empiezas a hacer canciones para ganar dinero. El dinero tiene que fluir, tiene que entrar y tiene que salir. Por ejemplo, yo tengo pasta ahora. Bueno, pues cuando haga el vídeo voy a pagar bien a la maquilladora, a la peluquera, al catering, a los actores, a los músicos, a la productora... Pagar mejor a al gente para que todo el mundo lo haga más contento y para que todo eso te traiga más éxito. El dinero es algo que tiene que fluir, no puedes estar: “es que luego igual no tengo, cuando sea mayor”. Oye, pues búscate la vida, piensa y haz más cosas, ten más ideas.

A mí no me gustaría quedarme solo en hacer discos, me gustaría escribir un guión. La gente me parece muy divertida en general. Veo muchas cosas divertidas a lo largo del día, y además de plasmarlo en canciones me gustaría poder escribir un guión, escribir otro libro o hacer fotos. Yo qué sé, déjate llevar, no te apoltrones. La gente dice: “ya tengo una edad en la que tengo que pensar en...”. Tío, yo tengo 38 años y veo a la gente con 25 que tiene mucha más prisa que yo. Tengo 38 y todavía se supone que estoy empezando. Siempre estás en el principio... no te hagas viejo, no envejezcas antes. ¿Cómo me gustaría que fuera mi vida? Pues así, que con 60 años se me ocurran ideas nuevas, y el día que me muera por la mañana haber estado grabando una canción. Y rodeada de gente a la que quiero y que me quiere, que eso nunca me ha faltado. La verdad es que no me puedo quejar, me encuentro siempre con gente muy amable. Como tú, por ejemplo. Me gusta mucho que haya gente como nosotros, que de repente nos juntamos en un bar a hacernos unas preguntas sin que siempre haya dinero por medio.

No, aquí de eso no hay nada...
Eso es. Y un blog pequeño me parece igual de importante que un blog grande, ni más ni menos. Me parece que hay que hacer todo con la misma alegría.

Texto de Bruno Corrales

1 comentarios :

Anónimo dijo...

Sin querer queriendo, leemos a Sara. Y el día no parece pesar tanto ya.

Gracias señores Sumergidos por otra gran entrevista.