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Regreso a la edad de piedra

Los Espeluzznantes en Costello (28.07.12)

Son más de las diez en una calurosa noche de verano en Madrid. La cita es en Costello, punto clave desde hace años en la ruta de salas de la capital y una de las pocas que aguantan programando conciertos a estas alturas del verano, cuando los festivales reinan y cualquiera huye de la jungla de asfalto a la más mínima oportunidad. Con todo, alrededor de diez personas -entre fans y curiosos- se reparten a través de este acogedor subterráneo con aires a The Cavern. Y es que podría parecer que cualquiera que aún ande por la ciudad está condenado a lamentarse por su triste condición. Pero no, incluso todo lo contrario, ¡existen buenos planes! Solo hay que saber dónde encontrarlos. Entre otas cosas, un año más llegaba la Costello Surf Party, evento minoritario -y no por ello menos destacable- dentro de la programación de Los Veranos de la Villa. La noche se prometía animada y en ella serían protagonistas cuatro músicos procedentes de Almería que pasadas las diez y media de la noche se situaban sobre el escenario de la céntrica gruta madrileña. 

Con camisetas a rayas, tatuajes, cascos militares y huesos-colgantes, llegaban por primera vez a Madrid Los Espeluzznantes. Es decir, Barón Fatchivo (guitarra y voz), El Piña (bajo), Mónica Vampira (batería) y Mr. Cósmico (teclado, maracas y bailes), cuatro individuos reunidos en su pasión por al garage más clásico y sucio tras su experiencia en el combo de surf The Cosmic Vampires. No había ni tiempo ni ganas de andarse con rodeos y pocos instantes después estaba sonando La Noche del Espectro, que en una situación ideal ya habría sido suficiente para que el público despegara los pies del suelo. Pero la escasa asistencia en la sala, y eso a pesar de ser un concierto gratuito, incidía todavía más en esa ranciedad tan nuestra. A pesar del poco movimiento se sucedían temas como No puedo parar de gritar o Con la muerta bailarás, siendo ya evidente lo que íbamos a recibir hasta el final: Garage atronador y una actitud punk no incompatible con el buen humor. O garage spooky fuzz surf punk primitivo bien sucio, como ellos se autodefinen.

Los Espeluzznantes, influenciados por bandas como Los Saicos, The Staggers, Fuzztones o los más cercanos Wau y los Arrrghs!!!, vienen a confirmar el buen estado de salud -que no salud mental- del garage en nuestro país, un submundo en constante movimiento que cada vez gana más adeptos sin dejar de considerarse extraño y controvertido. A pesar de ser un género minoritario, el idilio con el garage pantanoso que practican Los Espeluzznantes es compartido desde rincones del mundo bastante insospechados y lejanos. De ahí que el primer disco oficial de la banda, Sonidos Escalofriantes, haya sido publicado en México gracias a Veneno Records, que lo sacaba a la venta durante el presente año en una tirada limitada a 500 copias.

El panorama, algo desolador al comienzo del show, iba mejorando levemente a medida que avanzaba el concierto y sonaban canciones como Con la muerta bailarás, La Fosa o Eey, además de una curiosa versión del The people in me de The Music Machine que los almerienses han sabido llevar a su terreno, sonoro y temático, rebautizándola Todos los monstruos encima de mí. Y es que a Los Espeluzznantes no se les podría acusar nunca de no tener las cosas claras, pues saben lo que les gusta y lo que pueden ofrecer, dejando a un lado el eclecticismo y apostándolo todo a una carta. Con más o menos suerte, el tiempo lo dirá.

[Galería: Los Espeluzznantes en Costello]

Texto de Bruno Corrales
Fotografías de Amanda Tijeras

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