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Ya están aquí

Látigos Calientes en Siroco (19.11.11)

Un sábado a la noche cualquiera, justo lo que no tuvimos el pasado 19 de noviembre. Quizá porque era la última noche antes de volver a sentir esas inquietantes gaviotas sobre nuestras cabezas, o porque para algunos era la primera toma de contacto con una renovada y lujosa sala Siroco. Quizá fuera por la cantidad de gente recomendable por metro cuadrado allí reunida, o por las cervezas compartidas que no podían anunciar nada malo. Podría ser, pero el caso es que los verdaderos culpables de todo aquello tenían nombre y apellidos: Látigos Calientes. Una noche especial para ellos, y es que era la elegida por la banda madrileña para presentar en sociedad su primer disco de estudio, Señoras y señores... (Maral Producciones Musicales, 2011).

Látigos Calientes, formado en 2009, es un grupo que se reduce actualmente a dos nombres: Ernesto Dueñas y Migui Miranda, antiguos integrantes de bandas como Idioterne o Malospelos. En ellos podemos encontrar una frescura que realmente se echaba de menos, un aluvión en directo. Látigos Calientes son una peculiar dualidad en la que conviven buenas canciones, un agradecido sentido del humor y, por supuesto, rock and roll actitud. Rock sin medias tintas y una carencia total de prejuicios y sectarismo que les puede llevar en un mismo concierto a versionar a Franco Battiato y a Ilegales, a Barón Rojo y a Fórmula V, explotando con naturalidad la parte más amena del rock sin por ello perder de vista su capacidad para crear notables canciones originales.

Migui Miranda
Pasadas las diez y media de la noche todo estaba preparado en Siroco, y si algo puede decirse de los primeros minutos del concierto es que la banda no quiso andarse con rodeos. Sin previo aviso, Látigos Calientes mostraron sus mejores cartas interpretando la primera mitad del disco, ese comienzo fulgurante que suponen canciones como Línea del horizonte, Papel pautado, M de Misery y Veracruz, un combo por el que ya está más que justificado el álbum, uno de los lanzamientos a tener en cuenta en este 2011.

Por supuesto, y a pesar de que decir Látigos Calientes sea referirse a Ernesto Dueñas y a Migui Miranda, ellos solos no podrían sacar adelante un concierto como el del sábado. Por ello, a su llamada acudía nuevamente Joe Eceiza, guitarrista de Le Punk que actualmente prepara su carrera en solitario. Todo un seguro de vida, perfectamente integrado y contagiado del espíritu de la banda. La batería, hasta el momento ocupada por el inquieto Ignacio Villamor -más conocido como Tuli- pasaba a cargo del también ex Le Punk Ignacio Labrador, dando además al propio Tuli la oportunidad de colaborar al saxo durante el concierto.

Así, la noche avanzaba dejando paso tras su frenético comienzo a una buena tanda de versiones. Sonaba en primer lugar Culo de mal asiento, acertada adaptación al castellano del Hi ho silver lining de Jeff Beck, incluida furtivamente en el EP homónimo que la banda editaba en 2010. Justo después, Látigos Calientes decidían reírse del convencionalismo y dejarnos pasmados primero versionando Yo quiero verte danzar, de Franco Battiato; y luego Soy un macarra, de Ilegales, esta última ya con Migui Miranda llevando la voz cantante. ¿Qué decir ante algo así?

Ernesto Dueñas
Sin pausa para digerirlo, el concierto continuaba. Migui Miranda, la otra mitad de Látigos Calientes, seguiría todavía al frente durante un tema más. Era precisamente el momento de intepretar Nadie lo sabe, su aportación como autor al nuevo disco de la banda, buena prueba de su personalidad y de las distintas posibilidades con las que se puede manejar el grupo. Por entonces, la noche ya traspasaba su ecuador, y a poner un toque diferente a la fiesta acudía Tuli que, liberado como decimos de su labor como batería, tenía la oportunidad de tocar el saxo en Amor sincero, tal y como lo hacía en la misma grabación del tema, también incluido en aquel primer EP. Algunos problemas técnicos deslucieron esta parte del concierto, sin ser aquello un gran obstáculo para que la banda volviera a levantar el vuelo, ofreciendo a continuación un tema nuevo (Un día de celebración), la sentida Libres y temas como Malquebien o la alucinante La marca del norte.

Pero todo tiene su fin, y a él nos acercábamos peligrosamente cuando sonaba Hablando con las plantas, versión de Buenas Noches Rose que registraban para el disco tributo perpetrado por La Casa con Ruedas, y que tras cada concierto van haciendo un poco más suya. Tras ello, la banda se retiraba, apareciendo minutos después Ernesto Dueñas en solitario. Únicamente con la ayuda de su acústica, el músico interpretaba Si todo sigue igual, un buen ejemplo de que, a pesar de lo que pueda parecer, hay algo más en Látigos Calientes. Ya con la banda reunida de nuevo, tocaba el verdadero momento de despedirse. Sería con dos versiones, ya habituales en sus directos aunque no por ello menos soprendentes. Sonaría primero Anda suelto Satanás, canción de Luis Eduardo Aute que popularizarían nada menos que Barón Rojo, perfecta con Migui Miranda haciéndose de nuevo con el micro. Después, y ya para terminar, Látigos Calientes se atrevían con el clásico Tengo tu amor, de Fórmula V, que tras aplicarle una buena inyección de rock han integrado en su repertorio, convirtiéndola en uno de los momentos más divertidos tanto en su nuevo disco como en sus directos. Un concierto el del sábado no excesivamente largo. Al fin y al cabo, lo justo y necesario para comenzar con buen pie esta nueva andadura. Señoras y señores, ya están aquí.

Texto de Bruno Corrales
Fotografía de Pablo Cantó

1 comentarios :

Anónimo dijo...

Pedazo de concierto tuvo que ser. Lástima no haber conocido a este grupo antes... Al próximo me apunto.

Saludos,

Nachete