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El rock está con nosotros

Zodiacs en Hard Rock Café (21.07.09)

Y entonces les tocó un par de entradas para ir a ver a Zodiacs en el 10º aniversario que la Rolling Stone española viene celebrando en el Hard Rock Café, en esta ocasión nuevamente en Madrid. Llegaron con tiempo y ante la opción de deshidratarse se compraron algo de beber y decidieron esperar un rato en la Plaza de Colón. Pero la posible muerte a manos de skaters locos les empujó a entrar ya en el famoso restaurante. “¿Venís al concierto? Tenéis que bajar por las escaleras que hay al fondo a la derecha”. De camino, una vitrina con una guitarra de Ariel Rot dedicada. Pero más adelante una de Pau Donés. Y antes de que las cosas siguieran empeorando decidieron taparse los ojos y tirarse rodando por las escaleras. Lo que no sabían nuestros protagonistas es que al otro lado de la sala estaban las zapatillas de El Canto del Loco.

Las escaleras llegaron a su fin. Con dignidad, se levantaron y dijeron sus nombres en alto. De regalo, un ticket de consumición, una pulsera para salir y volver a entrar cuando quisieran y lo más emocionante e inservible de todo, una tarjeta VIP para colgarse del cuello. Rock and roll way of life. Hicieron cola para conseguir su cerveza, y se bebieron su cerveza, y contaron los botones de una de las chaquetas de John Lennon una y otra vez, y el tiempo pasaba. El calor hacía mella en su organismo y pensaban, “será que en la vida nunca nada es gratis de verdad”, y seguían esperando. Y por fin, Dios hizo a los Zodiacs y empezaron a descargar su alucinante nuevo disco 3, 2, 1… Zodiacs justo desde el principio. El sonido parecía algo saturado. Una habitación como aquella, pequeña y cuadrada, creaba demasiado ruido. Pero todos estaban a dos palmos del grupo y la intensidad crecía en cada canción.

Nuestros dos amigos hacían lo que podían por no fijarse en la gente. ¿Qué era aquello? Se podría decir que la mayor parte del público no sabía qué estaba viendo. A algunos parecía incluso molestarles la situación. ¿Soportaban conciertos para poder contar a sus amigos del club de golf que habían estado en un concierto privado de rock? Zodiacs seguían a lo suyo, reventando el lugar con temas de su nuevo álbum como Fuego en el aire o En Saturno. Claro que también hubo lugar para canciones de anteriores discos, desfilando Estimulantes, Madridrockismo o Chica Normal; y varias versiones: Odio trabajar aquí, adaptación del Welcome to the working week de Elvis Costello, o Me cuelgas el teléfono, del Hanging on the telephone de Blondie. Lo cierto es que el sonido del lugar no les hacía justicia pero aún así consiguieron estar a la altura.

Y llegó el momento de la retirada. El show había sido bastante corto a la espera de los bises, que parecieron peligrar ante el soserío reinante en la sala. Salieron de todos modos, no sin tachar los gritos del público de mariconada… Y se marcaron una canción, según ellos, más mariquita todavía, la balada Mirada negra. Pero no hay mecha que no se pueda encender con una canción como Nada sabe igual. Y prendieron y se fueron, rezando con no volver a encontrarse con un público de mentira.

Texto de Bruno Corrales

1 comentarios :

Pablo Cantó dijo...

¡Muy buena la critica, si señor! Y con mucho estilo el texto, no esperaba menos.
El pase vip era para distinguir al que iba a ver un concierto de rock y al que iba a pasar el rato con lo que se encontrara. Los primeros eran los que NO llevaban el pase vip al aire.